ACONDICIONAMIENTO ACÚSTICO

 

Como se puede comprobar en los otros apartados, un recinto es un elemento que juega un papel importante en el campo sonoro que una fuente crea en su interior, influyendo sobre la señal básica que se propaga a través de él:

1-     Acompañando a la señal básica con unas reflexiones que pueden tomar la forma de eco, alterando su estructura en el tiempo.

2-     Alterando su color de tono al introducir cambios en su espectro de frecuencia.

3-     Incrementando su nivel, mediante la energía de las reflexiones.

4-     Creando diferentes condiciones de recepción en los diferentes puntos del recinto.

Los cambios que un campo sonoro experimenta, si la fuente sonora está situada en un espacio abierto o si se encuentra en el interior de un recinto, pueden ser tanto útiles como perjudiciales, desde el punto de vista de la percepción auditiva.

La prolongación que acompaña a cada impulso de una señal sonora irregular (palabra, música...) puede ser útil siempre que su duración sea la correcta, escuchándose la palabra con más claridad y la música con más animación. Si la prolongación es grande, la palabra es inteligible y la música pierde musicalidad, por lo que la audición se empeora al tener una calidad inferior.

El énfasis de unas frecuencias frente a otras produce un cambio en el timbre de la señal originada por la fuente sonora.

Por todo lo expuesto anteriormente, se deduce que es necesario un cuidadoso estudio del campo sonoro creado en un recinto por fuentes sonoras, con el fin de determinar bajo qué condiciones ciertos cambios producidos por un recinto en la señal básica son útiles o perjudiciales, así como determinar qué factores tienen la influencia sobre la calidad de la palabra y de la música.

Cuando se conecta una fuente sonora en un recinto, como consecuencia de las reflexiones, existe un crecimiento gradual de la energía; posteriormente el aumento de energía cesa después de cierto tiempo, alcanzando la energía en el recinto un valor constante.

Si una vez alcanzado este valor, la fuente sonora deja de emitir, el sonido que recibe el observador no desaparece inmediatamente. Un corto tiempo después de que la fuente ha dejado de emitir desaparece la onda directa y el observador recibe la energía de la primera onda reflejada, después de la segunda, la tercera... y así sucesivamente, siendo la energía de estas ondas cada vez más pequeña. Después de un cierto intervalo de tiempo la energía de las ondas que llegan al observador ha disminuido tanto que el oído no puede percibirlas y el sonido desaparece.


 

 

 

 

 

Si se elige para representar gráficamente esta variación una escala logarítmica, se observa que el proceso de crecimiento es relativamente rápido, mientras que el proceso de descenso es más lento, representando además este gráfico la forma real de escucha del sonido, puesto que el oído no reacciona a la intensidad de la perturbación, sino a un valor próximo al logaritmo de esta intensidad como se aprecia en el gráfico anterior.

El proceso de persistencia y disminución de la energía en un recinto, una vez desconectada la fuente sonora, recibe el nombre de recibe el nombre de reverberación, y el tiempo que la señal necesita para reducirse hasta el umbral de audición se conoce como tiempo de reverberación. 

El tiempo de reverberación es el principal criterio para evaluar el comportamiento acústico de un recinto, aunque no es el único. En función del empleo que tenga un local deberá ser el valor de su tiempo de reverberación, así como su variación en función de la frecuencia.

 

EJEMPLO DE ACONDICIONAMIENTO ACÚSTICO

 

PROCESO DE DISEÑO ACÚSTICO PARA RECINTOS PARA EXPERIMENTACIÓN EN EL LABORATORIO DE SONIDO. 

La necesidad de realizar medidas del campo sonoro en recintos cerrados, con el fin de comprobar experimentalmente las diferentes teorías que explican la configuración del campo sonoro en estos recintos, nos ha llevado a diseñar y construir unos recintos particulares.

Las medidas que deseamos realizar y que por lo tanto van a condicionar el diseño de los recintos son las siguientes:

-   Tiempo de reverberación de un recinto.

-         Recintos acoplados acústicamente. (Tiempo de reverberación).

A partir de estas necesidades vemos que es preciso construir dos recintos, que tengan comunicación acústica directa entre ellos, es decir dos recintos adyacentes. Antes de pasar al diseño vemos con dificultades tanto de tipo económico como de tamaño, que tiene que hacerlos de albañilería, ya que el espacio dentro del laboratorio de Sonido del que disponemos para la ubicación de los recintos es pequeño. Debido a esto nos decidimos por la construcción de los recintos en madera, debido a su bajo coste, así como por la facilidad de trabajo de este material.

El cálculo de las dimensiones de los recintos se efectúa mediante el siguiente proceso: Las dimensiones de los dos recintos nos vienen determinadas por el espacio disponible en el laboratorio (tanto el área del suelo como la altura del techo), así como por su frecuencia de corte y tiempo de reverberación. La forma que adoptamos es la de paralepípedo rectangular por facilidad de construcción y sencillez de verificación de las diferentes teorías que explican la acústica de recintos.

De acuerdo con la ecuación de la frecuencia de corte de un recinto (teoría ondulatoria),

         Esta fórmula está desarrollada aquí.

 


        La información adicional a esta última ecuación está aquí.

A partir de esas  dos ecuaciones hacemos un programa de ordenador que nos dé las distintas frecuencias mínimas y tiempos de reverberación para diferentes valores de Lx, Ly, Lz. Una vez obtenidos los diferentes valores seleccionamos las dimensiones que mejor se adaptan a las condiciones expuestas anteriormente. Las dimensiones elegidas son Lx = 143 cm, Ly = 96 cm y  Lz=169 cm para los dos recintos. Asimismo consideramos conveniente que ambos recintos sean iguales para así poder comprobar el comportamiento acústico de dos recintos idénticos pero con distinto tratamiento acústico.


A partir de las dimensiones obtenidas, así como por economía, elegimos madera pretensada de 29 mm. para construir los recintos.

 

 

 

 

 

 

Seguidamente exponemos los resultados experimentales obtenidos en cada una de las medidas realizadas:

1-      Tiempo de reverberación.

En primer lugar medimos el tiempo de reverberación de uno cualquiera de los recintos sin tratar (Norma ISO 3382), obteniendo los siguientes valores extremos: Tmax= 1.28 seg. a 250 Hz y.Tmin=0.36 seg a 3.150 Hz.

En segundo lugar tratamos acústicamente uno de los recintos, para lo que determinamos sus áreas de reflexión de primer orden (teoría geométrica), en las que se colocó un buen material absorbente (fibra de vidrio 1000 = 0.46), obteniendo los siguientes valores:

Tmax = 0.30 seg. a 630 Hz y Tmin = 0.16 seg, a 4000 Hz.

El otro recinto se rediseña con el fin de construir un recinto reverberante. Basándonos en las teoría geométrica y ondulatoria, con el fin de crear un elevado número de modos propios y un campo sonoro lo más difuso posible, modificamos la forma y dimensiones del recinto, construyendo una estructura en su interior, la cual sostiene las diferentes superficies, cuya forma y dimensiones aparecen en la siguiente figura  y que construimos con paneles de Tablex de 4 mm. de espesor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Los valores obtenidos para el tiempo de reverberación son los siguientes:

-         Tmax = 0.52 seg. a 3.150 Hz 

-         Tmin = 0,32 seg. a 315 Hz.

De todos los resultados experimentales obtenidos sacamos las siguientes conclusiones:

a.-  Al tratar acústicamente el recinto, su tiempo de reverberación disminuye.

b.-  Al construir la estructura que crea un campo sonoro difuso, se obtiene un tiempo de reverberación superior al del recinto tratado acústicamente, aunque inferior al del recinto sin tratar. Vemos por tanto quo el recinto llamado reverberante posee un tiempo menor quo el recomendado para este tipo de recintos.

 

2.- Modos propios

Con el fin de comprobar el grado de difusión en el recinto sin tratar y en el recinto llamado reverberante obtenemos, experimentalmente la representación gráfica de sus modos propios, pudiendo observarse cómo el número de modo propios del recinto denominado reverberante es superior al del recinto primitivo.

3º) Para ver el comportamiento de recintos acoplados acústicamente, en la superficie de separación entre los dos recintos, hacemos una abertura de 40 x 40 cm. Rodeando a la cual colocamos un bastidor que permite fijar placas con las cuales se puede variar el tamaño de la abertura de 40 x 40, 20 x 20 y 12 x 12 cm. los resultados obtenidos a diferentes frecuencias son:

Frec

T (seg)

T (seg) 40x40

T (seg) 20x20

T (seg) 12x12

250

1,00

0,88

1,14

1,34

315

1,00

1,43

0,88

0,92

400

1,13

1,40

1,02

1,60

500

1,17

1,22

1,10

1,42

630

1,00

0,74

0,78

1,02

800

1,13

0,70

0,82

0,84

1000

1,07

0,66

0,50

0,58

1250

1,07

0,54

0,52

0,53

1600

1,03

0,44

0,46

0,52

2000

0,97

0,48

0,50

0,48

2500

1,07

0,43

0,46

0,50

3150

1,02

0,42

0,42

0,42

4000

1,00

0,44

0,50

0,46

 

De la observación de la tabla anterior se deduce que el tiempo de reverberación se ha incrementado respecto al que tenían cada uno de ellos, manteniendo su comportamiento uniforme al aumentar la frecuencia. Cuando se conecta le recinto primitivo y el recinto reverberante con la abertura de 40 x 40, el efecto obtenido es análogo al anterior (T de la tabla), aunque la uniformidad en la variación del tiempo de reverberación con la frecuencia es mayor. Esta uniformidad se pierde a medida que el área de la abertura he reduce.

En cuanto a los gráficos obtenidos para la medida del tiempo de reverberación con las distintas aberturas, hemos observado que la curva de caída de nivel sonoro donde con más claridad se aprecia, el cambio de pendiente, cuando tenemos la abertura de 40 x 40 cm, es en la banda centrada en 630 Hz, mientras que con la abertura de 20 x 20 cm. este fenómeno se presenta en la banda centrada en 315 Hz.

De acuerdo con todo lo expuesto, desde el punto de vista pedagógico, hemos obtenido fenómenos cuya presencia y estudio deseábamos realizar.

 Nota: Este experimento fue desarrollado por: Constantino Gil González y Manuel Recuero López