SALA DE CONTROL

 

EL TIEMPO DE RETARDO INICIAL

 

Cada grabación contiene signos característicos de la sala en la que se tomaron los sonidos. Entre ellos se incluye el tiempo de retardo inicial, que se define como el tiempo entre la llegada del sonido directo a una determinada posición, y la llegada de las primeras reflexiones críticamente importantes. Las salas que mayor nivel alcanzan en la escala de calidad, según un estudio de Beranek, tienen un tiempo de retardo inicial de unos 20 milisegundos. Por el contrario, las salas para las que este retraso temporal es confuso, debido a reflexiones incontroladas, se consideran de inferior calidad.

En el caso particular de los estudios de grabación y salas de control, el sonido directo viaja una corta distancia desde la fuente al micrófono. Más tarde, el sonido reflejado desde el suelo, techo, u objetos cercanos llega al micrófono. El tiempo que transcurre entre la llegada de las componentes directa y reflejada viene determinado por la geometría de cada estudio en particular. Aun así, el retraso temporal generalmente está incluido en un rango muy pequeño.

El operador en una sala de control convencional no puede escuchar el retraso temporal del estudio, debido a que está enmascarado por las primeras reflexiones de la sala de control. Esto significa que el operador está privado, en su evaluación, de una componente importante del sonido del estudio. Davis halló que la forma de permitir al operador escuchar el retraso temporal del estudio era eliminar o reducir las primeras reflexiones de la sala de control. La espectrometría de retardo temporal reveló los efectos de filtrado en peine asociados con las primeras reflexiones desde superficies cercanas a los altavoces y desde el panel de control.

Esta clarificación del problema llevó directamente a la solución de incluir material absorbente en las superficies alrededor de los altavoces en la parte delantera de la sala de control (ver figura).

Con esto, el retraso temporal de la sala de control es lo suficientemente amplio como para evitar enmascarar aquel del estudio. Imponiendo en la sala de control un tiempo de retardo inicial preciso, se consigue dar a los oyentes la impresión de una sala mucho mayor.

De forma simplificada e idealizada, la siguiente figura muestra las relaciones energía-tiempo esenciales para una sala de control adecuadamente diseñada y ajustada. En el tiempo 0, la señal abandona el altavoz. Una vez transcurrido un tiempo de tránsito, el sonido directo alcanza los oídos del operador. A este le sigue una confusión se señales insignificantes de bajo nivel (se rechazan si están por debajo de los 20 dB), tras lo cual llega la primera reflexión de la parte de atrás de la sala de control. En principio, se daba más énfasis a la primera, segunda y tercera reflexiones importantes. Basta decir que estas reflexiones importantes constituyen el final del tiempo de retardo, y los primeros signos de una caída exponencial.

EL EXTREMO VIVO

 

REFLEXIONES ESPECULARES vs. DIfUSIÓN

 

Debido a la reflexión especular de la energía sonora desde los altavoces de la pared posterior (fig a), toda la energía acústica de un determinado punto de la superficie reflectora llega en un único instante de tiempo. Si la misma energía sonora incide en un difusor en la pared posterior (fig b), la energía se devuelve dispersa en el tiempo.

Mediante un difusor de rejilla de reflexión de fase, la energía reflejada no se dispersan únicamente en tiempo, sino también en el espacio. El difusor unidimensional dispersa su energía reflejada en un semidisco horizontal; orientando otras unidades unidimensionales, se consiguen fácilmente semidiscos verticales de difusión. Esto sucede en contraste con el panel especular, que distribuye la energía reflejada solamente en una porción de semiespacio determinada por la localización de la fuente y el tamaño del panel.

Otra característica de las rejillas de reflexión de fase, ilustrada en la figura , lo hace especialmente deseable para el extremo acústicamente vivo de una sala de control. Consideremos los tres puntos negros como reflexiones en una pared lateral que inciden en la pared posterior, devolviendo energía al operador, O. Si la pared posterior es especular, sólo hay un punto en la superficie que devuelve energía para cada fuente al operador. En contraste, cada elemento de la superficie del difusor envía energía hacia el operador. La energía de todas las fuentes sonoras (directa o reflejada) que fluye hasta el difusor es esparcida a todas las posiciones de observación. En lugar de un único punto de escucha apropiadoen la sala de control, se tendrá un rango mucho más amplio de posiciones adecuadas.

 

 

LA ZONA LIBRE DE REFLEXIÓN EN LA SALA DE CONTROL

 

Don Davis y Chips Davis especificaron que debería haber ‘...un camino efectivamente anecoico entre los altavoces y los oídos del mezclador’. Lo que llamaron ‘anecoico’ es lo que actualmente se conoce como una zona libre de reflexiones. La forma más obvia de conseguir la condición anecoica es mediante la absorción; de aquí surge la definición ‘extremo acústicamente muerto’.

Para diseñar una sala de control con una zona libre de reflexiones (RFZ), el ingeniero debe emplear conceptos matemáticos. La contribución de una reflexión de una superficie puede considerarse como proveniente de una fuente virtual en la otra parte del plano de reflexión, en una línea perpendicular a dicho plano que atraviese el punto de observación, y a una distancia del plano igual a la del punto de observación. Con superficies extendidas en tres dimensiones, es difícil visualizar todas las fuentes virtuales, pero esto es necesario para establecer los límites de la zona libre de reflexiones.

En la figura se muestra el plano de una zona libre de reflexiones. Los altavoces están situados lo más cerca posible de la esquina triédrica formada por la intersección con el techo. A continuación, tanto las paredes frontales como los techos frontales se esmerilan cuidadosamente para evitar reflexiones en el volumen alrededor del operador. Es posible crear una zona libre de reflexiones adecuada en la posición del operador mediante un esmerilado adecuado de las paredes. De este modo, se consigue una condición anecoica sin tener que recurrir a absorbentes.

Si es necesario material absorbente para controlar reflexiones específicas, éste puede ser aplicado a las superficies esmeriladas

La parte posterior está equipada con un complemento completo de difusores. La energía sonora que recae sobre la pared posterior se difundirá y volverá al operador con un retraso temporal apropiado. Este sonido se difundirá tanto en espacio como en tiempo mediante el diagrama en semidisco de los difusores. En la figura se muesta una vista lateral de la zona libre de reflexiones.