DAÑO AUDITIVO POR EXPLOSIONES

 

Redacción

La onda de una explosión provoca un conjunto de lesiones, aparentemente poco alarmantes en principio y que, sin embargo, pueden presentar riesgos vitales para todos los sujetos presentes en un perímetro de unas decenas e incluso centenas de metros, según la fuerza de la explosión.

El oído es el órgano más sensible al efecto de la onda explosiva, produciéndose en muchos casos la rotura del tímpano (lesión primaria); sus síntomas son dolor de oídos, sordera y sensación de mareo. Esta lesión suele pasar desapercibida porque suele presentarse junto a lesiones que requieren un tratamiento inmediato; por ello es necesario tenerla en cuenta.

Las pérdidas auditivas producidas por un sonido muy fuerte y repentino se conoce como Trauma Acústico. Sí el sonido es muy fuerte puede dañar el oído interno y causar una perdida de audición y acúfenos o zumbidos en los oídos. Los acúfenos son un signo de que se ha producido un daño auditivo. Inicialmente el acúfeno pueder ser temporal durando pocas horas. Según la exposición y grado de pérdida el acúfeno puede percibirse con mayor intensidad y durante tiempo más prolongado.

Los efectos de una explosión sobre el oído son tanto físicos cómo audiológicos. Los daños audiológicos son similares a los producidos por exposición a ruidos en ambientes laborales con la diferencia de que la intensidad sonora es mayor y existe un menor tiempo de exposición. En general, son pocos los casos que una alta intensidad en escasos segundos produce una pérdida auditiva crónica. Las secuelas físicas sí revisten una mayor severidad ya que se produce un movimiento de la membrana timpánica por efecto de la onda expansiva.

La posición del sujeto en el momento de la explosión determina las características del daño auditivo. Sí el sujeto está de frente a la explosión se producirá una aspiración del aire situado en el CAE (Conducto Auditivo Externo) y una aspiración de la membrana timpánica. Esto produce la rotura de los tímpanos. Por otro lado, sí el sujeto se encuentra de perfil, el oído que se encuentra de frente a la explosión es comprimido por la onda expansiva. En estas condiciones es poco probable que se produzca una ruptura de la membrana timpánica. Sin embargo, la presión sobre el tímpano se trasmitirá de la cadena oscicular a la ventana oval y mediante está a la cóclea. Dependiendo de la magnitud de la explosión se producirán lesiones irreversibles. El oído protegido por la cabeza al estar de perfil a la explosión sufrirá el mismo efecto de aspiración con las mismas consecuencias que en el caso de haber estado frente a la explosión.

TRATAMIENTO

Si la perforación es pequeña, el otorrinolaringólogo puede decidir esperar y controla al paciente, para ver si la perforación se cierra sola. Si fuera necesaria una operación para cerrar la perforación, la técnica consiste en colocar un injerto, y la operación se llama miringoplastia o timpanoplastia.

Esta intervención quirúrgica se destina a reconstruir la caja timpánica para la protección sonora de la ventana redonda y restaurar la transformación de la presión sonora entre el tímpano y la ventana oval. Se denomina miringoplastia, si solo se reconstruye la membrana del tímpano, y osiculoplastia, si hay una reconstrucción de la cadena oscicular.

Sí existiese un daño en la sensibilidad auditiva producto de la explosión el paciente deberá de ser explorado mediante una audiometría tonal tratando de establecer el perfil audiométrico para su posterior indicación de prótesis auditivas si fuese necesario.

 

En la imagen siguiente puede observarse un tímpano perforado: