CONTAMINACIÓN ACÚSTICA Y SUS EFECTOS

La contaminación y sus efectos, más o menos llamativos, se han extendido hasta los océanos. Y no solo en forma de productos químicos o de infinidad de desechos flotantes. El ruido es un problema más sutil pero también en aumento y sus consecuencias sobre el ecosistema marino aun no se conocen completamente.

El ruido submarino producido por actividades humanas aumenta cada día e incluye el tráfico marítimo, la explotación y producción de gas y petróleo, el sonar industrial y militar, las fuentes sonoras de experimentación industrial, los explosivos submarinos, etc. De hecho, no existe ningún rincón del mundo que no esté afectado por la contaminación acústica.

Dentro del conjunto de los factores de riesgo que pesan sobre el hábitat marino, esta contaminación constituye una de las mayores amenazas a corto plazo y escala mundial para el equilibrio de los océanos. 

Es sabido que ballenas y delfines han tenido problemas con sonares militares que emitían sonidos especialmente intensos. Aunque el tema es polémico, las pruebas parecen apuntar a que las ballenas pueden sufrir hemorragias y otros daños debidos a ellos. Pero, ¿Qué sucede con el ruido constante de la actividad humana que sigue aumentado?;

En los últimos cuarenta años se ha duplicado la flota mercante mundial y esto tiene su correspondencia en el sonido generado. Intentando acotar el problema se han comparado los niveles de ruido recogidos por la marina norteamericana en los años sesenta con mediciones actuales. Los análisis realizados en el sur de California indican que indican que el nivel sonoro ha aumentado entre 10 y 12 decibelios, lo que implica que se ha multiplicado entre 8 a 16 veces el nivel de ruido de hace 40 años.

Según los investigadores estas conclusiones son extrapolables al resto del Océano Pacifico Tenemos barcos más grandes, rápidos y ruidosos que ocultan y confunden los sonidos generados por ballenas, delfines y otros mamíferos. Aunque aun queda mucho por conocer sobre las posibles consecuencias de esta situación, esperemos que no ocasione daños irreparables.

Efectos de la contaminación acústica sobre los cetáceos

Los cetáceos son un orden de mamíferos marinos distribuidos por todo el planeta: delfines, ballenas, marsopas y cachalotes; utilizan la bioacustica principalmente para su comunicación y ecolocalización; actividades humanas como la pesca, la contaminación química, el calentamiento global y la contaminación acústica afectan negativamente a los cetáceos.

En las últimas cinco décadas, la investigación acústica ha enfocado un esfuerzo sustancial sobre el estudio de los cetáceos, por lo que se dispone hoy de suficientes datos científicos sobre su sistema sónar biológico (bio-sónar) y su dependencia de las señales acústicas como fuente de información y sistema de comunicación en el medio marino.

Los cetáceos son altamente dependientes de su aparato auditivo para su supervivencia. Muchas especies utilizan sonidos para localizar presas, navegar y comunicarse, alcanzando distancias considerables en el caso de numerosas especies de grandes ballenas. Los cetólogos están cada vez mas preocupados por la contaminación acústica de los océanos derivada del intenso tráfico marítimo, los muestreos sísmicos, la extracción del petróleo o los dispositivos de sónar, elementos que pueden estar teniendo importantes impactos negativos en muchas especies (López et al, 2003).

Se han reportado numerosos casos de desplazamientos, lesiones del sistema auditivo, varamientos e incluso muerte de cetáceos producto de trafico marino, turismo, sismos y sonares, principalmente los de baja frecuencia. Muchas especies se encuentran catalogadas a nivel mundial como vulnerables, amenazadas y en peligro.

Estudios referentes a las respuestas de los cetáceos a la contaminación acústica incluyen la evitación a la fuente del ruido y la alteración del comportamiento (Gordon y Moscrop, 1996; Moore y Clarke, 2002; Williams et al, 2002). Algunos odontocetos ocasionalmente se acercan a embarcaciones y nadan paralelas a ellas, y cetáceos habituados al trafico marino se aproximan a los barcos, aparentemente para socializar (Lusseau, 2003; National Research Council, 2003). El efecto del ruido en la fisiología y sicología de los mamíferos marinos es pobremente entendido (Richardson et al, 1995).

Para minimizar estos efectos se deben crear zonas acuáticas protegidas y normas internacionales que regulen todas estas actividades humanas. Solo el estudio y legislación garantizará la perpetuación de estas especies.

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