En la tabla 1 se ofrece un resumen de las ventajas e inconvenientes de cada plataforma de observación.


PLATAFORMA OBSERVACIONAL
VENTAJAS
INCONVENIENTES
TIERRA

  • Mantenimiento

  • Operatibilidad

  • Implementación de nueva tecnología

  • Observaciones limitadas a ciertas ventanas (Visible, Infrarrojo cercano y radio)

  • Resolución limitada por 'seeing' a 1 segundo de arco en el visible

  • Observaciones condicionadas por el tiempo

  • Interferencias Radio

  • Degradación del instrumento

  • Tamaño limitado por la gravedad

  • No es posible hacer interferometría óptica de larga base
SATÉLITE

  • Acceso a todas las longitudes de onda

  • Fácil implementación de 'barridos' del cielo

  • Resolución sólo limitada por la difracción

  • Corta vida útil

  • Difícil mantenimiento y mejora

  • Alta degradación

  • Tiempo de observación limitado por las características orbitales
LUNA

  • Acceso a todas las longitudes de onda

  • Alta estabilidad sísmica

  • Baja gravedad

  • Largos tiempos de observación

  • Radiointerferencias atenuadas

  • Interferometría óptica e infrarroja

  • Resolución sólo limitada por la difracción

  • Mantenimiento

  • Transporte e instalación (coste económico)

  • Polvo

  • Fuertes gradientes de temperatura

  • Baja atenuación sísmica

Tabla 1: Ventajas e inconvenientes de las tres plataformas que pueden ser usadas para observaciones astronómicas. La Tierra y los satélites presentan varios inconvenientes, mientras que la Luna combina las ventajas de las otras dos plataformas y resuelve sus inconvenientes.


     En líneas generales podemos ver que la Luna posee las principales ventajas de las otras dos plataformas observacionales. Al no tener atmósfera, igual que ocurre en los satélites, podemos acceder a todos los rangos espectrales y además la calidad de las imágenes mejora debido a la ausencia de turbulencias. Por otro lado, al ser una plataforma estable (mucho más que la Tierra), se pueden instalar grandes observatorios, que además pueden ser explotados al límite usando técnicas interferométricas, más fáciles de implementar en la Luna que en la Tierra. La interferometría en el óptico sería una técnica que revolucionaría el mundo de la astronomía.

     No menos importante sería el hecho de poder observar un mismo objeto en diferentes rangos simultáneamente. Hasta ahora las comparaciones multiespectrales se han hecho 'a posteriori', es decir, fotografiando un objeto primero en un rango, luego en otro y comparando. Pero hay fenómenos rápidos que no pueden ser 'cazados' de esta forma. Ejemplos de esto los tenemos, entre otros, en las Supernovas y en los GRB's (Gamma Ray Burst, súbitos estallidos de rayos gamma). Sería muy deseable tener un registro de estos últimos fenómenos en diferentes rangos espectrales durante los escasos 20 segundos que duran, lo que nos ayudaría a conocer el principio que los origina.

     Llegados a este punto nos puede surgir la pregunta: ¿Y por qué la Luna precisamente? La respuesta es clara: la Luna está a la vuelta de la esquina en términos de distancia, por lo que es el lugar más inmediato que reúne suficientes ventajas. Evidentemente, algunos de los problemas que presenta la Luna se resolverían instalando nuestro observatorio en algún lugar más alejado del Sol. Plutón sería un buen lugar, ya que los problemas térmicos desaparecen y además la órbita de Plutón es diferente a la del resto de planetas, estando inclinada unos 17 grados respecto de la eclíptica. Así, las observaciones en el rango infrarrojo del espectro hechas desde Plutón serían mucho más sensibles que las que se pueden realizar desde el sistema solar interior. Desgraciadamente, si hoy en día no se aprecia la clara voluntad de regresar a la Luna ya no digamos de ir a Plutón.

     Parece ser, pues, que efectivamente la Luna es el siguiente paso lógico en la evolución de la astronomía. La astronomía, así como la exploración del sistema solar, ha ido siempre muy ligada a avances tecnológicos muy diversos. Hay muchos campos de la ciencia que se verían beneficiados al poder emplazarlos en la Luna, y si a todos éstos añadimos la Astronomía podríamos tener finalmente una buena razón para volver a la Lunar y empezar la colonización del espacio. Decidirnos a enviar satélites astronómicos también fue una arriesgada apuesta, pero los resultados han demostrado que, ciertamente, la superficie terrestre no es el mejor lugar para llevar a cabo la observación astronómica.